Hay razones de peso para que el uso de los abonos líquidos para fertiirrigación se haya incrementado en los últimos años, pues se trata de sustancias en estado fluido que incorporan una gran cantidad de los elementos primarios que los vegetales pueden asimilar adecuadamente.
De este modo, las versiones más efectivas de este tipo de abono se elaboran con las dosis requeridas de nitrógeno, fósforo y potasio, por lo cual son designadas NPK debido a las iniciales que conciernen a sus símbolos químicos.
En el Grupo Agrifluide hemos dedicado años de experiencia e investigación para ofrecer la mezcla ideal que suple las exigencias nutricionales de cada cultivo. Esto es posible gracias a que conocemos a la perfección lo que un sistema de abonos líquidos puede ofrecer al sector agrícola.
Más allá de adecuarse a los requerimientos nutricionales de los cultivos, los abonos líquidos para fertiirrigación también deben ser adaptados a la calidad de agua de cada caso, así como una multiplicidad de factores concluyentes que deben ser analizados antes de la aplicación.
En este contexto, el equipo profesional del Grupo Agrifluide ofrece productos que agilizan el sistema de manejo y colocación para alcanzar la asimilación más ventajosa con una total flexibilidad y seguridad.
Además, todo se logra en un marco de gran limpieza, comodidad y excelencia, que impulsa la rentabilidad.
El proceso de fertirrigación es fundamental cuando se quiere proporcionar a los cultivos los nutrientes que precisan, sobre todo en los casos de riego localizado, aunque también se emplea en riego por aspersión y por gravedad.
Comúnmente, este aporte de nutrientes se realiza a través de dispositivos especiales o unidades operacionales que en ciertas ocasiones también pueden suministrar junto al agua de riego sustancias como pesticidas o componentes químicos.
La fertirrigación puede desarrollarse de manera fraccionada, cuando la aplicación de los nutrientes se lleva a cabo en momentos específicos del año, cuando el cultivo realmente los necesita.
El otro modo es el continuo, que consiste en la inyección permanente de bajas dosis para que se encuentren aprovechables en el bulbo húmedo cuando sea requerido por las plantas.
Los abonos líquidos para fertiirrigación del Grupo Agrifluide están diseñados para impedir cualquier error que pudiese interferir en tus planes de producción. Al mismo tiempo, podemos asesorarte en el desarrollo de una aplicación eficiente, pues cada caso tiene necesidades particulares.
Es así como nuestros productos evitan cualquier incompatibilidad y optimizan la absorción de nutrientes, lo que impulsa un correcto crecimiento de las plantas mientras ahorras tiempo y dinero al instrumentar un efectivo plan de fertilización acompañado de nuestra asesoría.
Pero, antes de conocer a fondo los productos que ofrecemos, es importante recordar cómo se clasifican los abonos líquidos y los tipos existentes.
Como ocurre en otras líneas de abono, en el caso de los líquidos encontramos estas clasificaciones:
Lo importante es la gran versatilidad que pueden aportar los abonos en estado líquido, ya que con ellos es posible estructurar miles de combinaciones para aportar nutrientes a tus cultivos.
En cuanto a los tipos, el mercado presenta los siguientes:
Para el propósito de absorción existen dos modalidades:
La modalidad líquida de distribución de nutrientes es, sin duda, una de las grandes ventajas de la fertirrigación, pues así las plantas son capaces de asimilarlos de manera inmediata una vez han sido administrados, aspecto que incrementa su eficacia.
Por su parte, la fertirrigación de raíces reduce las pérdidas de nutrientes, así como las escorrentías tras inundaciones o aguaceros.
Programar la fertirrigación estriba en las necesidades del cultivo en el marco de los términos solicitados. Puede llevarse a cabo en forma diaria o semanal.
Cabe destacar que la compactación del terreno se ve impedida durante la aplicación de fertilizantes cuando se trata de una fertirrigación por goteo, ya que no produce alteración mecánica del suelo.
Otro aspecto importante respecto a la programación es que usualmente los sistemas de fertirrigación están provistos de sensores que calculan la conductividad eléctrica y los niveles de pH, algo que permite establecer las dosis precisas de fertilizantes, así como configurar los inyectores del sistema de riego.
En cuanto a la distribución de nutrientes aprovechando la fertirrigación, los abonos son suministrados acorde a los cánones de humectación, por lo cual se esparcen en un entorno acorde con la capacidad de agua para así lograr un uso óptimo de los recursos.
La fertirrigación por goteo es un método muy empleado porque dirige los recursos hacia la zona radicular para humedecer directamente la raíz de la planta. En este sentido, la distribución de los componentes del suelo es influida por la capacidad de absorción de nutrientes.
Un ejemplo de ello es que el potasio y el fósforo se adhieren al suelo, mientras que los nitratos y sulfatos no lo logran. Por otro lado, el fósforo puede unirse tanto al calcio como al aluminio.
Todo lo mencionado anteriormente conforma aspectos que han sido tomados muy en cuenta en el diseño de los abonos líquidos para fertiirrigación del Grupo Agrifluide.
Pero, otros factores deben tenerse en atención cuando se busca conseguir una fertiirrigación efectiva.
Añadir abonos líquidos no es suficiente para lograr el éxito en un sistema de riego mediante fertirrigación. Los especialistas del Grupo Agrifluide están al tanto de la multiplicidad de factores que deben tenerse bajo control. Entre ellos resaltan la presión osmótica, acidez, compatibilidad y solubilidad.
El factor de la presión osmótica está estrechamente vinculado a la salinidad, ya que el agua de riego posee esta característica en cierto grado, por lo cual al agregar fertilizantes que contienen sal se eleva el potencial osmótico negativo.
Este aspecto dificulta la absorción de agua a través de las raíces de las plantas y conlleva una disminución del rendimiento en los cultivos, pues padecen una situación de estrés osmótico que les impide utilizar la humedad, aun cuando el suelo tenga condiciones. Esto ocurre porque el líquido tiende a fluir de áreas menos salinas a áreas de mayor salinidad.
Cuando este marco se hace crítico, las plantas desperdician más energía en la tarea de absorber el agua, también malgastan los nutrientes aportados por la fertirrigación y terminan muriendo. Por ello es fundamental supervisar la presión osmótica.
Este es un parámetro de la fertirrigación que calcula el nivel de pH y es importante porque no puede estar en niveles demasiado elevados o muy bajos, ya que la acidez provoca corrosión y daña los componentes del sistema de riego.
Una solución ácida produce alto deterioro, así como algunos productos químicos a base de cloruro. Existen fertilizantes que son capaces de reducir o ampliar el pH de una solución, por lo que es un elemento que debe monitorizarse adecuadamente.
Equiparar varios componentes para una eficaz fertirrigación depende de una buena compatibilidad, para lo que es esencial preparar las soluciones por separado y almacenarlas en depósitos aislados para evitar reacciones adversas.
Cuando se logran buenas mezclas se evita una disminución de la solubilidad relacionada con la reactividad química. Por eso es clave no combinar azufre o fósforo con calcio o aislar los quelatos de los ácidos.
Hay diferentes capacidades de solubilidad dependiendo de los tipos de abonos líquidos para fertiirrigación. Una alternativa frecuente son los sólidos que pueden disolverse apropiadamente y otra opción muy empleada son los líquidos ya diluidos.
Por otro lado, la temperatura juega también un papel trascendente, pues está relacionada con el grado y rapidez de solubilidad. En este sentido, la asesoría del Grupo Agrifluide ayuda a determinar si los nutrientes pueden disolverse bajo una temperatura normal en el campo y cuál debe ser la tasa de solubilidad de acuerdo con la temporada en que se efectúa la fertirrigación.
De este modo, la tasa de solubilidad puede contrastar de acuerdo con una estación más fresca o si es verano o primavera. Esto es prioritario sobre todo cuando las soluciones de fertirriego han sido elaboradas anticipadamente, porque algunos componentes son de solubilidad rápida.
Bien sea por aspersión o por goteo, los abonos líquidos para fertiirrigación pueden aplicarse sin problemas. Una diferencia a resaltar es que cuando la aplicación se hace vía riego por goteo, la absorción será radicular y el abono debe llegar al suelo, por lo que se aplica mediante boquillas especiales y no siempre se mezclan con agua.
Como mencionamos anteriormente, la alta salinidad puede perjudicar las infraestructuras del riego que poseen los abonos por fertirrigación, así que lo recomendable es realizar disoluciones mínimas. Esto significa que para controlar las dosis es preferible no aplicarla bajo el método de riego por goteo.
Mientras tanto, cuando los abonos líquidos foliares se aplican con pulverizador, es aconsejable que esta acción se lleve a cabo como si se tratara de un fitosanitario, pues, de hecho, los componentes pueden mezclarse.
Frente a los abonos sólidos, los abonos líquidos para fertiirrigación presentan gran variedad de ventajas que vale la pena aprovechar, siempre con el acompañamiento de los especialistas del Grupo Agrifluide:
Los abonos líquidos para fertirrigación del Grupo Agrifluide pueden ser empleados tanto en grandes extensiones de terreno como en invernaderos o pequeñas plantaciones.
Pero, lo más importante, es que poseen la tecnología exclusiva PHC, un eficiente combinado de naturaleza órgano-mineral que incentiva el desarrollo vegetativo.
Desde el pH de la solución, hasta la cantidad de nutrientes necesarios en acoplamiento con nuestra particular tecnología PHC, hemos generado los abonos líquidos más eficientes del mercado.
Tenemos para tu proyecto de cultivo una línea especial de fertilizantes envasados en recipientes entre los 5, 10, 20 y 1000 litros, todos con el componente diferenciador PHC, que nos hace mucho más eficientes que nuestros competidores y mucho más respetuosos con el medio ambiente.